El costumbrismo vuelve a la pantalla chica

Una vez más, Canal 13 apuesta al costumbrismo y a las tradiciones argentinas. ‘Sos mi hombre’ es el nuevo desafío que Suar pone en juego para enfrentar la lucha por el liderazgo en el prime time.


La nueva novela de la pantalla de Pol-ka cuenta la historia de Ringo (Luciano Castro) y Camila (Celeste Cid). Castro representa un bombero voluntario, ex boxeador, vive con su hijo en un gimnasio y pelea por la tenencia de él mientras se prepara para enfrentarse con su eterno rival, el Turco Nasif (Joaquín Furriel). Cid interpreta una médica de clase alta, incomprendida por quienes la rodean, ayudante voluntaria en un comedor comunitario que intenta ayudar a los desprotegidos. La dicotomía entre hombre humilde y mujer rica es uno de los factores claves, los personajes afirman la existencia de una profundidad más intensa que el clásico cuento de amor entre ricos y pobres. De esta ficción también participan Gabriel Goity, quien encarna un entrenador de boxeo, Gonzalo Valenzuela interpretando al incondicional amigo de Castro, también bombero voluntario, Ludovico Di Santo, como el flamante y millonario esposo de Celeste Cid, Eugenia Tobal, representa a la ex mujer de Castro, y otros papeles secundarios representados por Jimena Barón, Gimena Accardi, Lito Cruz, Felipe Colombo, Pablo Cedron, Luz Cipriota, y la actuación especial de María Rosa Fugazot.

En el primer capítulo el primer cruce fue heroico y casi literario, la imagen de Castro cargando a Cid en sus brazos con el incendio como marco de la escena determinó inmediatamente el tipo de novela a la que el público se estaba enfrentando. Los detalles costumbristas se presentaban en todas las escenas, el hombre de barrio, la mujer de clase alta confundida en su entorno, el boxeo y la jerga informal aparecen una vez más en la pantalla del 13. Se puede afirmar que este tipo de novelas sienta bien al canal, Campeones, El sodero de mi vida o Herederos de una venganza significaron grandes éxitos para la productora y, dados los fracasos de Lobo y Los únicos, Suar no podía permitirse un fracaso más. La baja de estos dos programa representó un golpe bajo en las noches de Canal 13 despertando la atención de los productores y buscando un sustituto para acompañar y anticipar la llegada de Tinelli a las 22.30h.

Sin embargo, la apuesta no fue la mejor. En su primera noche, Graduados, por la pantalla de Telefé, triunfó una vez más con 25 puntos de rating sobre 18.4 que presentó el debut de ‘Sos mi hombre’. La primera semana tampoco presentó un panorama positivo cuando alcanzó los 16.9 puntos de rating. La semana pasada el rating alcanzó los 18 puntos con el tan esperado cruce en el ring de box entre Castro y Furriel. Para las semanas próximas, el retorno del personaje de Laport a la televisión genera expectativa e intriga para toda la audiencia y espera lograr lo que Campeones logró en su momento.

El 2013 no fue un año record para Pol-ka, tampoco para Ideas del Sur. ’Sos mi hombre’ es una gran apuesta que necesita redoblar su incentivo si quiere liderar el prime time y vencer a Graduados.

Por Matías Paladino

Dulce misterio e inexplicable amor

Es indudable que la televisión argentina, al igual que la del resto del mundo, no es la misma que la de las últimas décadas. El tiempo pasa y con él se presentan los cambios, las evoluciones, las mutaciones, y hasta los retrocesos. Nunca nada queda igual. Nunca nada vuelve a ser lo de antes. Cualquiera diría que allí radica el éxito. En el cambio, en la sumatoria de elementos y en que la repetición por sí misma sería la clave del estancamiento y el fracaso.

Pero siempre hay excepciones. Excepciones de esas casi impensadas. Una de ellas tal vez sea Dulce Amor.



Esta novela estrenada el 23 de enero de 2012 esta escrita por Quique Estevanez, Marcelo Nacci y Laura Barneix. Dirigida por Mauro Scandolari y Hugo Alejandro Moser, irrumpió rápidamente, no sólo en las casas de los argentinos, sino también en los primeros puestos de las planillas de raiting. Con sorpresa para muchos, no solo compitió par a par con el ciclón de Showmatch, sino que en varias oportunidades superó los números de este imbatible de los últimos años.

La pregunta es: ¿Cómo una simple telenovela pensada para la tardes de Telefe pasó a ser uno de los programas más vistos del prime time (23 hs) argentino y apoyándose, además, en una de las formas más puras del género de la telenovela?

El argumento versa sobre la vida de las hermanas Bandi, dueñas de una fábrica de golosinas muy famosa. Ellas enfrentan uno de sus peores momentos. Victoria (Carina Zampini) está al frente de la empresa y es novia de Lorenzo (Segundo Cernadas), el hombre que no hace otra cosa que trabajar para que se caiga el imperio. Sin embargo, las vueltas de la vida hacen que Marcos (Sebastián Estevanez), un ex corredor de autos, se convierta en el chofer de esta mujer sin alegría. La llegada de este hombre a la familia cambiará el destino de las Bandi, en todos los niveles posibles, incluida Elena (María Valenzuela) madre de las hermanas.
Julián (Juan Darthés) es amigo del alma de Marcos, juntos dedican cada hora libre a preparar el auto de carreras que corre Marcos. Cuando el cierre imprevisto del taller en el que trabajan los deja en la calle, Julián sigue los pasos de Marcos y se convierte en chofer de la hermana de Victoria, Natacha (Calu Rivero) , una hermosa mujer quince años más joven, que lo volverá loco y generará varios problemas en su matrimonio con Gaby (Laura Novoa).
Los ingredientes son los convencionales del género y todos están presentes.
El melodrama es la característica principal de toda telenovela. Este es la exageración burda y tosca de los aspectos sentimentales y patéticos de los personajes, que a su vez están fuertemente divididos entre los moralmente buenos y los malos. Ya en los inicios de este formato esta división a sus vez generaba otra asociación, hoy ya establecida como obvia: los malos son los “ricos”, y los buenos los “pobres”. Estas simplificaciones de la realidad son prácticamente presencia obligada en toda novela que se precie de serlo, siempre y cuando estemos refiriéndonos al modelo clásico.

El secreto es otro de los grandes ingredientes. ¿Qué ocultan los personajes? ¿O mejor dicho que no ocultan? Ese secreto es el elemento generador de la acción. Conocerlo hace que los personajes actúen, que Victoria quiera conocer la verdad que ocultó durante años Elena, su madre. Y esa verdad tiene que ver con su padre, con su origen, con la búsqueda de la identidad. Esto último es el otro gran condimento de esta y de todas las telenovelas. Es esa búsqueda la que hará que conozca a Marcos y seguramente el acercarse a la verdad genera las confusiones propias que impedirán que ese gran amor no logre concretarse nunca…, por lo menos no hasta el último capítulo.

Estas no son novedades. La repetición temática y de recursos narrativos es lo que hace que gran parte del público minimice el género. Pero también es lo que logra capturar a los fieles y numerosos seguidores que lo consumen, en parte, por el placer de la repetición estética y temática propia de estos programas, que no hacen otra cosa que recuperar y actualizar las pasiones universales de los cuentos de las princesas ancestrales.

Si todo esto no es una novedad ¿Cuál es la novedad en este caso? Justamente esa: que la “no” novedad sea el éxito.

Desde mediados de la década del noventa la telenovela comenzó a sufrir cambios radicales, tanto en sus temáticas como en su estructura narrativa. La llegada de la neotelevisión trajo consigo la hibridación de todos los géneros televisivos e hizo lo propio con este. Ya no alcanzaba con el público femenino de la tarde. Había que ir por más. Conseguir y atrapar a otras audiencias y así poder recuperar más rápidamente y efectivamente los altos costos de producción que implicaba producir un ciclo de estas características. Los primeros ejemplos los brindó el clan del Boca con Celeste, Antonella, Celeste siempre Celeste, Perla negra y otros muchos éxitos, todos producidos por Raúl Lecuona en Sonotex. Al melodrama puro se le comenzó, tímidamente, a incorporar pasos de comedia. Siempre relacionados a personajes secundarios. Poco a poco fue creciendo hasta que la comedia se presenta ya incorporada a la estructura narrativa de esta nueva ficción hibridizada. La actualidad también se trasformó en eje temático de distintos ciclos. El Sida, la donación de órganos y hasta los desaparecidos se incluyeron dentro de los conflictos de las nuevas telenovelas.

La segunda, y muy importante, etapa de cambio e hibridación se plasmó con las producciones de Pol-K. Tal vez aquí el camino fue inverso, pero con la llegada a un mismo destino. A las comedias costumbristas de esta productora se les fue incorporando el melodrama y lo sentimental creando así un sello propio y un nuevo género, al que pocos podrían describir como telenovelas, pero que contienen grandes características de éstas. Gasoleros, Son Amores, Valientes y muchas otras son ejemplos de estos cruces que fueron la continuidad de esta contaminación genérica.

Los géneros cambian, y los públicos se adaptan a estos cambios. No solamente se adaptan, sino que comienzan a demandarlos. A las historias amorosas se les sumó el suspenso, el policial, la comedia en todas sus formas, y hasta el terror, aunque este último intento quedó trunco (Lobo, canal 13, 2012). Ya no sólo las amas de casa consumen la telenovela. Los adolescentes y los hombres son fieles seguidores de estos ciclos, muchos más de aquellos ubicados en el prime time de la grilla de programación.

Dulce Amor recuperó los valores propios de la casi olvidada telenovela clásica. Volvemos entonces a la pregunta inicial. ¿Cómo se transformó en un éxito? ¿Es su calidad artística y de realización el secreto? Seguramente no.

Su fidelidad por recuperar las características de las primeras telenovelas se presenta hasta en sus vicios. No son los rubros técnicos por los que se destaca. La escenografía es básica. No hay un planteo novedoso ni en lo estético/estilístico ni en lo dramático. Es decir, en la relación de los espacios con el drama, la acción, el conflicto. Está viciado de lugares comunes e inverosímiles. Un ejemplo de esto es la casa de Isabel (Georgina Barbarossa), la madre de Marcos. Se plantea como la típica vieja casa de barrio, con características propias de un conventillo sui generis. La pulcritud manifiesta el artificio, estética que podía perdonarse hace 20 años con las paredes realizadas con bastidores de madera, típicas de la televisión de los ochenta, pero que en pleno 2012 genera un distanciamiento con lo esperable.

La iluminación tampoco tiene un desarrollo ni estético, ni realista. Simplemente quita oscuridad a la imagen.

Los textos se tornan lentos y repetitivos. Es verdad que esta es una de las características de los guiones de este género. Se presentan de este modo para dilatar el avance de la acción y así sostener el conflicto principal y los derivados de éste, hasta el final del ciclo. La falta de conclusividad define, en parte, a estos programas, pero en este caso el recurso se agota en sí mismo y no encuentra formas artísticamente valiosas para disfrazar la repetición.

Por momentos parecería haber errores de casting. No se puede negar el talento de gran parte de los actores convocados para este ciclo. Pero algunos de ellos parecen no ser la mejor opción para encarnar algunos de sus personajes. O tal vez la falla, si es que la hubiere, está en la dirección. Entre las figuras destacadas de este elenco se pueden nombrar a María Valenzuela, Arturo Bonin, Jorge Sassi, Georgina Barbarossa, Laura Novoa y hasta la talentosa, pero dejada de lado, Graciela Pal. El personaje de Valenzuela, Elena, a priori parecería ser la clásica villana de las tiras. Pero este personaje se ve desdibujado ya que su roll no encuentra lugar dentro del drama. Es sólo la excusa del secreto que encierra la búsqueda de la identidad de Victoria. Sassi compone un tierno mayordomo fiel y devoto a la familia, pero sus amaneramientos rondan lo grotesco. Georgina Babarossa vuelve a mostrarse como la excelente comediante que es, pero su personaje no encuentra un lugar dentro del juego de los conflictos, además de presentarse como una ama de casa de barrio que de barrio sólo tiene el vestuario. Su imagen remite mas a una madre de clase media alta, personaje que encaro con excelencia artística en Ciega a citas, que a la cebadora de mates del barrio de la fábrica de golosinas.

Es normal y esperable en las telenovelas que los personajes secundarios y de reparto estén encarnados por grandes y talentosos artistas. No así los protagónicos que suelen dejarse en manos de las figuras del momento, muy convocantes, pero por lo general en crecimiento y desarrollo artístico, muchas veces aun no alcanzado.

Carina Zampini, a quien nadie puede negarle sus capacidades actorales, se sale del tipo aristocrático que pretende representar. Es de reconocer el desempeño de Darthes en su interpretación conservadora, pero efectiva y creíble de su personaje.

De esta manera excelentes actores no terminan de desarrollar la verosimilitud de sus personajes y la trama adopta ciertas caracterizas kirchs que no convencen desde lo artístico.

Hombres, mujeres, adolescentes y niños se exponen todas las noches a este nuevo fenómeno digno de análisis. Es un programa en el que confluye el fanatismo de los ciclos que se transforman en objeto de culto y la aceptación de las grandes masas que lo convierte en uno de los programas de más alto raiting del prime time argentino.

Como contara la vieja frase: para los fracasos sobran las explicaciones, los éxitos siempre son un misterio.

Por Alfredo Solari

El Psicoanalista: un nuevo viejo personaje


Hay estadísticas que demuestran que desde que comenzó la carrera de Psicología en los años 50 en nuestro país, egresaron cerca de 80.000 estudiantes. Argentina está posicionado como uno de los países con mayor cantidad de psicólogos, teniendo cerca de 150 por cada 100.000 habitantes. Pero, sin embargo, el promedio de desocupación dentro de la profesión es bajo y hay estadísticas que demuestran que Argentina incrementa año a año la cantidad de pacientes que asisten a sesiones de terapia.

Se dice que la televisión siempre refleja la realidad, o parte de ella. Otros dicen que es la realidad quien imita a la televisión y la agenda que plantea. Pero lo cierto es que las problemáticas sociales siempre se toman como temáticas recurrentes.

En el año 1996, en un momento en el que la situación económica y social de nuestro país comenzaba a complicarse en varios aspectos, apareció por la pantalla de Canal 13 un unitario que trataba problemáticas tabúes para la época. Verdad/Consecuencia fue el segundo producto de la factoría Pol-ka, luego del éxito que venían teniendo el año anterior con su producto estrella: Poliladron. Verdad/Consecuencia fue una serie dramática que trataba las problemáticas propias de un grupo de jóvenes de 30 años. Con una realización impecable y con el sello estético inconfundible de su productora, la ficción estaba dirigida por Daniel Barone y el propio Adrian Suar.

Tres años después, en 1999, el mismo canal redoblaba la apuesta con Vulnerables. Siguiendo la misma línea que el unitario anterior pero tratando problemáticas un poco más extremas, acá ya se trataba de personas con diversos traumas en sus avanzados 30 que participaban de sesiones de terapia de grupo. Vulnerables fue dirigida nuevamente por Barone y Suar, y contó con dos temporadas. Fue una ficción adulta, muy bien escrita y rebelde para su momento. Los famosos “travellings” giratorios alrededor de la ronda de terapia mientras sus participantes contaban sus problemas, fueron un recurso visual muy marcado en aquel momento. Su elenco contó con figuras como Damián de Santo, Alfredo Casero (en su primer personaje dramático), Jorge Marrale, Alfredo Alcón, Inés Estévez y Soledad Villamil. Las repeticiones de esta serie pueden verse con frecuencia en la señal de cable Volver.

Cinco años más tarde, Pol – ka a través de la pantalla de Canal 13 estrenaba Locas de amor, un unitario donde Diego Peretti era un psiquiatra y sus pacientes tres chicas conflictuadas protagonizadas por Leticia Brédice, Julieta Diaz y Soledad Villamil. Y nuevamente dirigía Barone.

En 2008 y por la señal Premium HBO, aparecía In Treatment. Una ficción donde el eje principal es un psicoanalista, interpretado por Gabriel Byrne, y luego actores rotativos interpretando a pacientes. Cada capítulo se trataba de una sesión entera en tiempo real entre paciente - psicólogo, utilizando como única locación el consultorio. Esta serie generó tanto éxito como polémica, hasta que en 2010 la cadena decidió “apagarla” debido a las denuncias de algunas personas argumentando que quien era el asesor de guionistas (un psicólogo real) había utilizado casos reales de sesiones para trabajar los libretos.

En 2009 Canal 13 emitía Tratame bien, la historia de una pareja que luego de casi dos décadas de matrimonio deciden hacer terapia de pareja para poder reencontrarse y solucionar sus diferencias. Fue interpretada por Julio Chávez y Cecilia Roth, y las sesiones eran una parte importante en todos los episodios. En este caso, la psicóloga estuvo interpretada por una mujer, la actriz Cristina Banegas.

Y en este 2012, por la pantalla de la TV pública vimos el formato de la ficción de HBO, adaptada localmente por la productora Dori Media. En terapia, tal como se llamó a esta ficción local, tuvo el tratamiento visual y estético de su original en HBO. El psicoanalista fue interpretado por Diego Peretti (En Locas de amor fue un psiquiatra), y luego un elenco rotativo integrado por Norma Aleandro, Leonardo Sbaraglia, Dolores Fonzi y Germán Palacios.

A tan sólo unos meses de la finalización de En terapia, Canal 13 estrena Tiempos compulsivos. Con una estética muy vertiginosa y una presentación que sigue la línea visual de las películas de Quentin Tarantino, la ficción cuenta con un elenco de notables actores de la escena nacional tales como Fernán MIrás, Rodrigo de la Serna, Paola Krum y Gloria Carrá. Son inevitables las comparaciones con Vulnerables, hecha 13 años atrás, ya que se trata de un concepto muy similar. Y está dirigida, nuevamente, por Daniel Barone.

A todas estas ficciones recientes se suma Historias de diván, actualmente en producción y basada en el libro del mismo nombre, escrito por Gabriel Rolón. En esta historia, Jorge Marrale vuelve a interpretar a un psicoanalista que atiende a pacientes interpretados por actores rotativos.

No es casualidad que en un mismo año la televisión cuente con tres ficciones tratando una misma temática. Claramente el psicólogo es un personaje importante al momento de contar una historia, ya que es un integrante más de la vida cotidiana de muchas personas. O quizás la agenda televisiva marque al psicólogo como alguien cotidiano, cuando para muchos no lo es. Nuevamente se plantea el debate, hasta qué límite la televisión refleja la realidad… O al revés.

Por Juan Pablo Martínez Kolodziej

Londres 2012: el acontecimiento mediático que detuvo al mundo

Los últimos Juegos Olímpicos hicieron latir al planeta al ritmo de la capital inglesa. En TV se rompieron todos los records de audiencia. Esta vez, el oro se lo llevaron los medios digitales.

La cita Olímpica transcurrió durante poco más de 2 semanas y reunió a más de 10.500 deportistas de 204 países que se enfrentaron en 39 disciplinas. Fue, sin duda alguna, el evento deportivo más importante del año.



Público mundial 

Cuando el relato periodístico de los medios se refiere a un evento de la magnitud de los Juegos Olímpicos estamos frente a un acontecimiento mediático. Un suceso planificado que se transmite en su mayoría en directo y que genera audiencias mundiales. El funeral de Lady Di, el atentado del 11 de Septiembre, el último Superbowl,…todas ellas fueron historias que invadieron la rutina de los medios e interrumpieron la vida cotidiana de los espectadores.

Ante un acontecimiento de estas características, la esfera mediática se ve obligada a trabajar de forma distinta a la habitual para poder cubrir el evento en toda su magnitud. Por su parte, los espectadores pasan de ser simples espectadores a convertirse en un público, como en una sala de un teatro, que simultáneamente, en distintos lugares del mundo, presencia un mismo hecho.

Récords de audiencias 

Tan solo en la ceremonia de apertura, los Juegos Olímpicos de Londres 2012 alcanzaron los 27 millones de espectadores en el Reino Unido a través del canal BBC One. La celebración duró aproximadamente 4 horas y mantuvo un promedio de audiencia de 22,4 millones, doblando los números de inauguraciones de Olimpíadas anteriores.

En Estados Unidos, la cobertura de los juegos por parte de la NBC fue la más vista en la historia con más de 219 millones de espectadores durante los 17 días de competición y registrando un récord promedio de más de 40 millones de espectadores. Esto es casi 6 millones de televidentes más que las Olimpíadas de Beijing en 2008, y 15 millones más que las de Atenas 2004. Además, la NBC aseguró haber superado las expectativas de ventas publicitarias en un 20%.

Números argentinos 

Durante los primeros diez días de competencia de los Juegos Olímpicos, TyC Sports se consagró como el canal con mayor número de televidentes, según IBOPE, con un promedio de 3.13 puntos de rating por día. El canal alcanzó picos de rating durante los siguientes eventos: 9.90 en el partido de tenis que jugó Juan Martín del Potro por el bronce, 9.48 en la ceremonia inaugural, 9.42 en el partido de básquet entre Argentina y Nigeria, y 7.71 en la final de lanzamiento de bala en la cual participó Germán Lauro.

ESPN, la TV pública y DirectTV fueron también importantes retransmisores de estos juegos, pero no alcanzaron los número de TyC Sports. La ceremonia de apertura fue lo más visto del día en el Canal Público alcanzando los 5.7 puntos de rating.

El nivel de audiencia superó la de los juegos de 2008, principalmente debido a que la diferencia horaria con Londres es menor. Si bien el seleccionado de fútbol argentino no estuvo presente en estos juegos (evento que concentró la mayor audiencia en la capital China), fueron decisivos los deportes de equipo como el básquet y el hockey sobre césped femenino, con sus respectivas figuras, “Manu” Ginobili y “Lucha” Aymar. Sumando las diferentes señales que los transmitieron, estas disciplinas alcanzaron los 15 a 23 puntos de rating en hogares, lo que significa cerca de un millón de persona solamente en Capital y Gran Buenos Aires.

Lo más visto 

Usain Bolt, el hombre más rápido del mundo, rompió también records de audiencias. La final de 100 metros alcanzó los 20 millones de espectadores, la mayor audiencia en las pruebas olímpicas de Londres 2012.

Al corredor jamaiquino lo siguió de cerca el tenista británico Andy Murray, que alcanzó una audiencia de más de 10 millones en el partido donde se llevó el oro frente al suizo Roger Federer.

El mundo digital 

Por primera vez en la historia, el seguimiento y cobertura en internet y teléfonos móviles superó a la televisión en más de 100 mil horas. No obstante, la tv logró superarse a sí misma cubriendo 100 mil horas, en lugar de las 61 mil que se habían registrado en los juegos de Pekín 2008.

“Redes sociales, como Twitter por ejemplo, hacen que las personas se interesen más por los juegos y se conecten a la televisión o a otro medios” aseguró Timmo Lumme, encargado del Comité Olímpico Internacional.

Uno de los medios digitales que rompió records de audiencia durante los Juegos Olímpicos fue Terra: más de 62 millones de personas se conectaron a través de la computadora y 16 millones lo hicieron por dispositivos móviles (celulares, smartphones y tabletas), entre el 25 de julio y el 12 de agosto, en 19 países.

"Londres pasará a la historia como las Olimpiadas Digitales y ha marcado un momento decisivo en Terra”, señaló el CEO de Terra, Paulo Castro.

Twitter también fue invadido por la fiebre de los juegos. La red social dio a conocer a través de su blog oficial números impresionante: en total, se registraron más de 150 millones de tweets relativos a los Juegos Olímpicos de Londres 2012 en los 17 días de competencias. La actuación de las Spice Girls en la jornada de clausura generó 116 mil tweets por minuto, logrando el pico más alto de todos los juegos.

Entre los deportistas, Usain Bolt se llevó el “oro” en mayor cantidad de tweets por minuto, con más de 80 mil durante una de sus carreras. Lo siguieron de cerca el nadador norteamericano Michael Phelps, el tenista escocés Andy Murray y los basquetbolistas norteamericanos Kobe Bryant y LeBron James.

Hay cuatro grandes eventos televisivos a nivel mundial: el mundial de fútbol, la entrega de los Oscar, las olimpiadas, y el Estados Unidos el Super Bowl. La novedad de este Londres 2012 no fue sólo la televisión, sino la audiencia en las nuevas plataformas… Los nuevos medios del futuro.

Por Javier Bruggia

La fábrica de ilusiones... o de decepciones


En estos días, el productor Carlos Rottemberg difundió públicamente una carta en la cual hace una reflexión sobre la televisión actual, cómo se siente como espectador y a la vez como ciudadano frente a los mensajes que emite la pantalla chica. En la misma, insta a no promover la violencia y a que los canales usuarios de frecuencias del Estado tomen responsabilidad sobre el tema.

Coincidentemente, también hace pocos días, nos enteramos de una noticia que conmociona Perú. El valor de la verdad es un programa de televisión que se emite actualmente en la televisión local, en el cual un participante se expone a un conductor que le hace preguntas sobre su vida privada. Quien juega debe responder con la verdad 21 preguntas, si lo logra, le permite llevarse una cantidad importante de dinero. Pero previamente, el participante pasa por un detector de mentiras que le hace 50 preguntas, y ésta es la herramienta por la cual posteriormente se sabe la veracidad de sus respuestas al aire. Por supuesto, estas respuestas no sólo las responde frente a la cámara, sino también frente a amigos, familiares y parejas que están también presentes en el estudio.

La primera participante del programa, una chica de 19 años de un origen humilde y de pocos recursos, se sentaba en el mes de julio frente a un conductor que le hizo más o menos las siguientes preguntas: “¿Es verdad que nunca trabajaste en un call center? ¿Es cierto que en realidad trabajabas en un night club y cobrabas por tener sexo? ¿Es verdad que estás con tu pareja hasta que llegue alguien mejor a tu vida?”. Ella respondió afirmativamente frente a su familia presente en el estudio, que la observaba con mucha decepción; y su novio, que se agarraba la cabeza. Posteriormente, ella se arrodilló y le pidió disculpas a su familia frente a la cámara. Todos lloraban. Todo un espectáculo televisivo.

Hace algunas semanas, se conoció la noticia de que esta misma chica estaba desaparecida. Y en los últimos días se supo de una tragedia que sacude a la opinión pública de ese país: La chica fue asesinada y enterrada por su novio. Por supuesto, el debate mediático obligado comenzó a hacer referencia a si la participación de la chica en el show televisivo había tenido que ver con esta desgracia, y en la decisión de él de asesinarla.

Golpear y matar por supuesto que es violencia. Pero insultar, agredir, faltar el respeto, exponer la vida privada de otros; también lo son. Forman parte de un mismo camino que si se recorre llega a finales extremos, tal como sucedió en este caso en Perú.

En la televisión nos acostumbramos a ver y entretenernos con la violencia como parte de la vida cotidiana. Cuando vemos una discusión al aire, cuando una madre dice delante de su hijo que el padre es “una enfermedad”, cuando una mujer llama “prostituta” a otra frente a cámara, tratar problemáticas y enfermedades como si fueran parte de la temática de un circo, exponer videos privados de la vida sexual de otros y que recorra todos los canales; son todas acciones que resaltan lo peor de la condición de las personas. Y hay una línea muy fina que separa al entretenimiento de la miseria humana. Es preocupante que esa miseria se transforme en el entretenimiento diario de millones de personas. Porque el problema no está en lo que se hable o se trate, sino en el mensaje final que se está dando. Es una justificación simplista decir que es “lo que el público elige y hay que respetarlo”. De esa forma se está hablando de la consecuencia y no del problema. Si uno va por la calle y ve una pelea, es muy probable que nos detengamos a saber cómo termina. La audiencia elige, es cierto. Pero la gente también se divertía viendo a leones comiéndose a cristianos en un circo en la época del imperio romano. Era la forma de entretenimiento de la época. Las empresas también deciden qué ofrecer.

La televisión y el cine desde sus inicios vendieron ilusiones y fantasías, y aun lo siguen haciendo. No es casualidad que se los llamaba “La fábrica de ilusiones”. Así lo entendió siempre la Walt Disney Company, que genera contenidos para todos los públicos y edades. Desde familiares hasta películas y shows para públicos más adultos. Sin embargo, a pesar de que puedan tener errores, tienen una conciencia muy clara de los temas que tratan y en el mensaje que dan en sus producciones. Entienden que entretener es sinónimo de hacer soñar. Y la Walt Disney Company es la corporación de entretenimiento más grande del mundo. Ellos eligen qué contenidos le dan a su público, y éste lo sigue eligiendo.

En el caso de la televisión por aire, el simple hecho de que es gratis y está en el “aire” hace que se meta en todos los hogares sin excepción y con alcance nacional. Hace que millones de personas con pocos recursos o en ciudades muy pobres del interior la tengan como único entretenimiento al que pueden acceder. Quizás permite que mucha gente pueda olvidarse de sus problemas diarios viendo una hora de televisión que le permita soñar.

Entretener es un negocio, pero es también un servicio. Promover el mal y la miseria sólo daña la ilusión, la vida de muchas personas, y hasta a una sociedad. Como reza el título de esta nota, cuando se bordean los extremos la conocida “fábrica de ilusiones” puede ser también de generadora de decepciones.

Por Juan Pablo Martínez Kolodziej

La Voz Argentina, ¿nuevo formato o más de lo mismo?

El nuevo reality de talentos de Telefé ya es parte de la grilla de programación y se consolida, con alto rating, como uno de los preferidos de la audiencia. 

La Voz Argentina, nueva apuesta de Telefé para este año, basada en el formato The Voice de la NBC, debutó en junio en la pantalla del canal. Con el rating a su favor, parece ser que este producto se posiciona como uno de los preferidos por el público, y el gran ganador de los domingos. Incluso, dándole batalla al programa de Jorge Lanata, del canal de la competencia. 


Sin embargo, La Voz Argentina todavía no nos ha demostrado ser diferente del resto de los realities de talentos que ya conocemos. Con formato de cuatro jurados, celebrities de la canción Latinoamericana, este programa se asimila a su competidor Soñando por Cantar de Canal 13. Y su condición federalista lo hace parecido a su antecesor, Talento Argentino, emitido también por Telefé. 

Y si bien los números acompañan y el programa entretiene con los talentos que se presentan de todo el país, aún no podemos vislumbrar la originalidad del formato adquirido por el canal. Personas que sueñan con llegar a ser artistas o famosos y argumentos poco sólidos utilizados por los jurados para conquistar a los participantes nos remiten a los formatos caza talentos de nuestro país y del resto del mundo. Y nos hace esperar un poco más… 

Incluso la figura de Marley, conductor fetiche de este tipo de programas junto a Mariano Peluffo en Telefé, está un poco desdibujada. Por el momento sólo lo vimos acompañando a los familiares de los participantes; bastante poco para la interacción a la que estamos acostumbrados de él. ¿Será Marley sólo una marca registrada que favorece el programa o nos propondrá algo más? Tendremos que esperar a las próximas emisiones. 

Lo que no podemos negar es que La Voz Argentina es uno de los pocos programas dentro de la televisión de nuestro país que imparte valores. Luchar por los sueños, no darse por vencido, perseverar, son algunos de los conceptos que sobresalen de la performance de los participantes. ¿Suena cursi? Puede ser… pero en una televisión donde prima la agresión y la vulgaridad, que un programa revalorice otros mensajes no es moneda corriente y es meritorio para que se destaque. 


La Voz Argentina sin dudas entretiene. Pero no alcanza, queremos más. ¿Habrá que esperar a la próxima etapa o pasará a ser un programa que nos dé más de lo mismo? 

Por Estefanía Brid 

Una baja en las cifras de Showmatch

Incontables estrategias realizan los productores de Ideas del Sur para elevar el rating del certamen más famoso del país. Showmatch no está transitando su mejor temporada según indican las cifras del Ibope que, últimamente, no llegan a los 25 puntos de rating


Comenzó el año con una apertura que alcanzó los 44 puntos que prometían el mismo éxito del año pasado, sin embargo la esperanza duró poco. Pasada la primera semana, el rating descendió 10 puntos mientras que Telefé aumentaba su puntaje día a día. Durante varias semanas, la pelea por el rating se mantuvo constante rondando los 25 puntos con la competencia a la cabeza. 

Buscando entretener a la audiencia y manteniendo la promesa de evitar el conventillo, las agresiones verbales y los conflictos entre participantes y jurados, Tinelli estrenó 'las fiestas de Charlotte' unido a la maratón en tacos. La maratón consistía en una carrera donde algunos invitados del programa superaban obstáculos con la dificultad de usar tacos. Tinelli, su productor Navarrete, Flavio Mendoza, Aníbal Pachano, Tito Speranza, entre otros, participaron de la atracción. Acto seguido, se inauguró la fiesta de Charlotte Caniggia, la hija del ex jugador de fútbol. Este segmento reunió a todos los participantes del certamen, al jurado y a personajes mediáticos en un momento de diversión, música y noteros atentos a cualquier chimento. Carente de contenido, el programa logró picos de 33 puntos durante dos martes consecutivos. 

La fiesta duró poco y el festejo del rating no pudo ser mantenido. El viernes último, Showmatch promedió 18 puntos con caídas de hasta 16. Ni la novedad de la bio-esfera, ni la ronda de cumbia, ni los hermanos Caniggia fueron suficientes para mantener el puntaje y el primer puesto. Su competencia, una vez más lideró el prime time

La temporada parece decaer y la lucha por el rating no favorece a Canal 13. Los rumores crecen y las especulaciones acerca de posibles escenarios son inminentes: la introducción de Francisco Tinelli, el hijo del conductor al certamen, y la posibilidad de terminar el programa antes de lo pautado, son algunas de los rumores que corren por los pasillos de Ideas del Sur. El panorama es incierto, lo único cierto son las cifras. 

Por Matías Paladino