El INCAA y el auge de la ficción

Lejos quedó la frase "somos actores, queremos actuar", que los actores argentinos pronunciaban en el año 2001. Por aquellos momentos, la televisión local estaba invadida por realities, impulsados por el primer Gran hermano, El bar, Confianza ciega, y algunos otros. Hoy, diez años después, la situación es bien diferente.

El horario central tiene 5 tiras (Los únicos, Herederos, Cuando me sonreís, Sr. y Sra. Camas y El elegido) a las cuales se suman dos unitarios (El puntero y El hombre de tu vida). Este auge de la producción de ficción fue iniciada años atrás cuando la industria local descubrió que una parte importante de su capital era la exportación de formatos y latas de unitarios y telenovelas. Hoy día muchas productoras tienen estructuras instaladas que les permiten hacer pilotos continuamente, y de ellos sólo pocos llegan a tener “aire” en algún momento.

Hoy se abre otra forma de producción y financiación. Frente a la nueva ley de medios y los avances tecnológicos, el Estado este año comenzó a inaugurar los nuevos canales de televisión digital terrestre, dando concesiones a empresas privadas y ONG´s. Esto trae como consecuencia la demanda de nuevos contenidos para llenar grillas de programación, y es por ello que el INCAA comenzó con un programa de concursos para nuevos proyectos de ficción. En este momento hay unas diez miniseries en producción que tienen presupuestos de hasta $ 1.600.000.- cada una. 

El objetivo principal es posicionar a Argentina como país generador de contenidos a nivel internacional. Y si bien este nuevo método de financiación es positivo para impulsar la industria, tiene un problema de distribución que es también objeto de críticas de diversos sectores.

La mayor de ellas es que hay quienes dicen que estamos frente a una “burbuja” de producción televisiva, ya que hay una oferta demasiado grande para la eventual demanda. Muchas de estas nuevas producciones van a ser emitidas por canales como Encuentro y la TV Pública en horarios que no son los más adecuados. Los canales de televisión terrestre aun tienen una emisión limitada, ya que sólo se accede a ellos a través de los decodificadores que distribuye el Gobierno nacional. Y debido a la nueva ley de medios los canales privados también están obligados a hacer acuerdos con estas nuevas productoras para emitir estos contenidos. América y Canal 9 ya lo están haciendo. Pero ello trae como consecuencia que algunas realizaciones que tienen impecable realización tengan prevista su programación para horarios laterales los fines de semana.

Pero esto también debe verse como un modo de “democratizar” la producción televisiva. Hasta hace poco tiempo sólo productoras con gran estructura tenían posibilidad de generar ficción. Hoy día se abrió la “cancha” para que otros puedan hacerlo y demostrar que son capaces de generar otro tipo de historias, sin perder el concepto del entretenimiento que la televisión debe tener.

Los fondos de fomento para la producción audiovisual son comunes en muchos países para impulsar la industria, pero en donde los canales estatales están bien administrados y ocupan un lugar importante dentro de la audiencia televisiva. Acá no ocurre eso, pero quizás este sea un puntapié para que ese camino comience a transitarse.

Por Juan Pablo Martínez Kolodziej

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