Los años
60, escenario de la lucha por los derechos civiles, la Guerra Fría y antesala
de la revolución sexual, una época en la que las mujeres estaban comenzando una
tímida batalla por sus derechos, pero aún era vistas como ama de casa y objeto
sexual. Éste es el marco de la serie más exitosa desde hace cuatro años: Mad
Men.
Los logros de esta serie y la nostalgia por los lujosos años 60 de Norteamérica han generado la ambición de varios productores que se lanzaron al tratamiento de la época.
El primer
intento fue The Playboy
Club, enfocada en las
conejitas PlayBoy y el entorno que acompañaba al famoso club en los años 60,
entre los que se encontraban artistas, mafiosos, políticos y algunos de los
hombres más poderosos de Chicago. Sin embargo, la serie de NBC fue este mes
cancelada luego de sólo tres capítulos debido a los reclamos del Parents
Television Council (Consejo Televisivo de Padres), quienes presionaron a
los anunciantes para que retiraran su publicidad de la serie y argumentaron que
el contenido atentaba contra la y moral y las buenas costumbres. Queda claro
que esta asociación de padres tiene muchísimo poder en los Estados Unidos, ya
que pronto lograron su objetivo, aunque los bajos números de audiencia del
programa no ayudaron mucho a mantenerlo en la pantalla. El primer episodio de The
Playboy Club registró
únicamente 5 millones de espectadores y el segundo capítulo, 3,8 millones.
Probablemente no haya una serie ambientada en los años 60
que pueda desbancar a Mad Men del
lugar que ha alcanzado. La serie fue lanzada por AMC en julio de 2007 y el
pasado 17 de octubre finalizó con éxito su cuarta temporada. Su excelencia no
se debe únicamente a la gran actuación de Jon Hamm,
quien encarna a Don Draper, director creativo de una exitosa agencia de
publicidad. Toda la producción es una obra de arte que sumerge al espectador en
otra época y no le deja dudar ni un momento de la verosimilitud de las escenas.
La ambientación y el vestuario están cuidados hasta el más mínimo detalle y
transmiten con claridad el ambiente de la época: una realidad en el que los
vicios, específicamente el cigarrillo y el alcohol, y el adulterio no son
necesariamente mal vistos/son moneda corriente y en el que los hombres ostentan
el poder mientras las mujeres cumplen el rol de ser una especie de accesorio
siempre impecable.
Sin embargo hoy la atención de muchos está puesta en Pan
Am lo que podríamos llamar el segundo intento de este año por competir
directamente con Mad Men. Jack Orman,
creador de Pan Am, admite que Mad Men allanó el camino para su serie,
ya que demostró que los ´60 funcionan para la audiencia de hoy.
El primer episodio de Pan
Am se estrenó el pasado 25 de septiembre por la cadena ABC y por el momento
ha recibido buenas críticas. Es la historia de las azafatas de la famosa
compañía aérea de la época, Pan Am World Airways, y cuenta con el primer protagónico
en televisión de la prestigiosa actriz Christina Ricci. Se trata de mujeres que
buscan en Pan Am una forma de conocer el mundo, tomar las riendas de sus vidas
y postergar por un tiempo la inevitable vida de casada. Son, como lo dice uno
de los personajes en el piloto una “nueva raza de mujer”.
Las series ambientadas en los años 60 representan una gran
oportunidad para las cadenas televisivas. Atraen a espectadores de todas las
edades, ya que la nostalgia de los mayores los lleva a identificarse con los
personajes, mientras los menores se sienten atraídos por el estilo retro y por
la curiosidad de saber cómo fue la época de sus padres.
Aún está por verse si Mad
Men se queda con todos los honores o si Pan
Am resulta una ardua competencia. Probablemente los tres capítulos de la
producción más reciente no sean suficiente para realizar una proyección
acertada.
Por Yasmin Reddig
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