Los límites y el control


Hace 18 años en Telefé se anunciaba el estreno de una serie adulta que prometía mostrar algo que la televisión nunca se había animado a hacer. La marca del deseo, escrita por Claudio María Domínguez y protagonizada por Gerardo Romano. Era una ficción de tinte policial que mezclaba erotismo, drogas y asesinatos. Luego de la emisión del primer capítulo, el canal decidió quitarla de su programación. Los anunciantes retiraron el apoyo, y la gerencia de programación del canal estaba muy en disgusto por lo que había salido al aire. Esto se dio a tal punto que luego de tomada la decisión, en las tandas del canal se emitían unas placas en las cuales se pedía disculpas al público, argumentando que el producto final no fue lo que originalmente se había concebido y que el canal había cometido un hecho irresponsable. Cabe aclarar que la gravedad de esas escenas, si se emitieran hoy día en la televisión, probablemente no generarían ninguna polémica ya que el público se acostumbró a ver cosas aun más excesivas.

En el año 2004, en el espectáculo de apertura del superbowl en los Estados Unidos, Janet Jackson  y Justin Timberlake hicieron un show en el cual al final, aparentemente de forma accidental, a Jackson se le desnuda un seno. Este hecho hizo que se generara una polémica a nivel nacional y la CBS, responsable de la transmisión del evento, debió pagar una multa de 550 mil dólares impuesta por la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC). Esta fue la infracción más cara en la historia de la televisión norteamericana.  Si bien la cadena comunicó que ese cierre fue accidental ya que en los ensayos de coreografía no estaba previsto, de todas maneras no pudo apelar a la multa ya que la transmisión en vivo tenía 5 segundos de retraso, por lo cual podían haber evitado mostrarlo.

En nuestra televisión también se generó controversia cuando en el año 2007 Nazarena Vélez hizo un topless en el cierre del famoso baile del caño en Showmatch. El COMFER impuso una multa a Canal 13, que después pudieron apelar. En nuestro país se han dado ocasiones en que las multas se canjearon por publicidad oficial.

Hace sólo unas semanas la cadena NBC de Estados Unidos debió cancelar, luego de sólo tres episodios al aire, la emisión de su serie The Playboy Club. Si bien iba después del horario de protección al menor, la FCC nuevamente se puso contra el programa argumentando que un canal de televisión abierta no puede emitir contenidos que atentan contra los valores éticos de una sociedad.  Hace también unas semanas atrás, en un canal de televisión abierta como es Canal 13 y en un programa que mira “toda la familia” se emitía en nuestro país un baile de strip tease y posiciones sexuales que finalizaba con su protagonista completamente desnuda en una bañera, y con sus genitales mostrados evidentes gracias a un plano considerable.  A diferencia de hace 18 años atrás, ninguna autoridad pidió disculpas al público, ni a los menores, ni a los millones de personas que miran el programa cada noche.  El argumento es que “se emitió fuera del horario de protección al menor”.


Las ondas de televisión abierta son propiedad del Estado, y tienen la gran capacidad para informar y entretener a todas los tipos de audiencias y clases sociales, ya que todos tienen acceso a ellas. Esto como contrapartida, otorga un poder y responsabilidad para aquellas empresas que tienen las concesiones con respecto a lo que emiten. Por algo existen entes reguladores sobre lo que sale al aire para que lo que se emite no atente de forma negativa contra el espectador. Para muchas personas lo que ocurrió en Showmatch hace unas semanas fue un acto de violencia hacia la integridad de los menores. La nueva ley de medios manifiesta que las multas aplicables en estos casos es proporcional al dinero que haya recaudado el canal en concepto de publicidad. Quienes conocen el tema afirman que Artear debería pagar por este hecho una suma de casi 7 millones de pesos, casi 1.7 millones de dólares, ya que se considera que hay varias infracciones contenidas en una misma emisión. Pero aún no se tomó una decisión final, aunque de todas formas es paradójico que Argentina supere en récord a Estados Unidos en la infracción más cara de la televisión, considerando que el mercado americano es decenas de veces más grande en facturación que el local.

No se trata de actos de censura (tal como muchos dicen cuando salen a defenderse) sino de actos de control. La comparación anterior con los hechos ocurridos en Estados Unidos es debido a que en ese país el Estado exige que esa televisión a la cual tiene acceso la población entera, tiene libertad con respecto a lo que emite, pero hay ciertos márgenes que no puede bordear o pasar. En nuestro país existe lo mismo, pero los canales no parecen correr ningún tipo de riesgos ya que los límites se exceden cada vez más, porque las infracciones se arreglan de otra manera.  Por algo hoy sería impensable, a diferencia de hace 18 años atrás, que un canal cancele un programa luego de su primera emisión porque considera que se excedió en el contenido… Y más aún que posteriormente aparezca una placa en tandas pidiendo disculpas al público.

Por Juan Pablo Kolodziej

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