Una baja en las cifras de Showmatch

Incontables estrategias realizan los productores de Ideas del Sur para elevar el rating del certamen más famoso del país. Showmatch no está transitando su mejor temporada según indican las cifras del Ibope que, últimamente, no llegan a los 25 puntos de rating


Comenzó el año con una apertura que alcanzó los 44 puntos que prometían el mismo éxito del año pasado, sin embargo la esperanza duró poco. Pasada la primera semana, el rating descendió 10 puntos mientras que Telefé aumentaba su puntaje día a día. Durante varias semanas, la pelea por el rating se mantuvo constante rondando los 25 puntos con la competencia a la cabeza. 

Buscando entretener a la audiencia y manteniendo la promesa de evitar el conventillo, las agresiones verbales y los conflictos entre participantes y jurados, Tinelli estrenó 'las fiestas de Charlotte' unido a la maratón en tacos. La maratón consistía en una carrera donde algunos invitados del programa superaban obstáculos con la dificultad de usar tacos. Tinelli, su productor Navarrete, Flavio Mendoza, Aníbal Pachano, Tito Speranza, entre otros, participaron de la atracción. Acto seguido, se inauguró la fiesta de Charlotte Caniggia, la hija del ex jugador de fútbol. Este segmento reunió a todos los participantes del certamen, al jurado y a personajes mediáticos en un momento de diversión, música y noteros atentos a cualquier chimento. Carente de contenido, el programa logró picos de 33 puntos durante dos martes consecutivos. 

La fiesta duró poco y el festejo del rating no pudo ser mantenido. El viernes último, Showmatch promedió 18 puntos con caídas de hasta 16. Ni la novedad de la bio-esfera, ni la ronda de cumbia, ni los hermanos Caniggia fueron suficientes para mantener el puntaje y el primer puesto. Su competencia, una vez más lideró el prime time

La temporada parece decaer y la lucha por el rating no favorece a Canal 13. Los rumores crecen y las especulaciones acerca de posibles escenarios son inminentes: la introducción de Francisco Tinelli, el hijo del conductor al certamen, y la posibilidad de terminar el programa antes de lo pautado, son algunas de los rumores que corren por los pasillos de Ideas del Sur. El panorama es incierto, lo único cierto son las cifras. 

Por Matías Paladino

Susana, 25 años de TV

Susana Giménez cumplió 25 años en la televisión argentina y fue galardonada con dos Martín Fierro, el primero a la mejor conducción femenina y el segundo a la trayectoria. Sin embargo, decidió festejar a su manera y este año Telefé no contará con su programa semanal.

La diva dio a conocer la noticia oficialmente en una entrevista para la revista Caras. Explicó que su decisión se debía a que necesita tiempo para hacer las cosas que más le gustan. ¿Es esa la verdadera razón de su ausencia esta temporada? Admite que el paso de Antonio Gasalla al programa de Tinelli, eterno rival televisivo, fue un golpe duro para ella y Telefé: “Él es un pilar, porque nuestra dupla pegó mucho y a la gente le fascinaba. Sé que hicieron lo posible para retenerlo, todos hablamos con él, pero esto es un negocio y si él sintió eso, por algo es. No le recrimino nada”. “Cuando hay algo que siento, no puedo dejar de hacerlo. Es como mi propia guía interior. Y generalmente, no me equivoco. Por eso tomé la determinación de no volver este año a hacer mi programa”, agregó Susana en su charla con Caras. 

Quizás su cansancio y la falta de preocupación y atención por parte de los productores también la empujaron a tomar esta decisión. "Yo la verdad no tengo ganas de estar en el programa. Desde el año pasado que estoy así, no sé por qué. No me pasa nada. Tengo ganas de vivir, de viajar. Ponerte todo un programa al hombro te agota. Y tener una producción distinta, con nueva gente, también", explicó Susana en Intrusos, conducido por Jorge Rial. 

La realidad es que las últimas ediciones de su programa arrojaron resultados cada vez menos favorables, lo cual lleva a pensar que un descanso para renovar las energías e ideas no viene mal a esta altura. Es la fidelidad del público a través de los años lo que mantiene a Susana en un nivel casi constante de éxito a pesar de las bajas en el rating de los últimos tiempos. Pero por muy fiel que sea un público a lo largo de los años, todas las fórmulas pierden peso… quizás llegó la hora de una renovación en el formato. 

A pesar de la ausencia del programa de Susana en sus 25 años de trayectoria, las puertas de su carrera televisiva aún no están cerradas. En Intrusos aclaró que se trata de una pausa, aunque no de un año sabático, ya que la revista Susana, los viajes y los proyectos con Telefé la mantienen muy ocupada. 

¿Hay ofertas interesantes por parte de Canal 13 que puedan estar llevando a la diva a seguir los pasos de Antonio Gasalla? Según ella, la relación con Gustavo Yankelevich, productor de Telefé e íntimo amigo de la familia, no se ve perjudicada por su ausencia esta temporada. Por el contrario, la decisión de la diva de invertir estos próximos meses en viajes por Europa fue bien aprovechada por ambas partes. “Planteamos hacer especiales porque ya tenía notas muy fuertes cerradas, y esas las vamos a hacer", afirmó Susana en Intrusos

En los especiales para Telefé Susana recorrerá Europa entrevistando a grandes personalidades del fútbol y el espectáculo. A pesar de que aún no se ha dado a conocer qué formato tendrán estas entrevistas, se rumorea que se tratará de una especie de reality show, un viaje con Susana Giménez y su encuentro con las estrellas. Se habla de entrevistas en sus casas a Carlos Tévez, Lionel Messi, el ‘Kun’ Agüero y Maxi López. También hay rumores en torno a posibles encuentros de Susana con artistas como Madonna y Adele. 

La larga trayectoria televisiva de Susana Giménez también ha sido reconocida por CNN International, cadena que eligió a la diva para formar parte de un ciclo que reúne a las mujeres más poderosas del mundo. 

Susana será la única mujer latinoamericana en ser convocada para Leading Women (Mujeres líderes), el ciclo de CNN que refleja la vida y testimonios de aquellas mujeres que son líderes en sus rubros y que logran influir a colegas y seguidores. “CNN International seleccionó a Susana porque ha sido una mujer sumamente exitosa como profesional en su tierra natal, Argentina. En Leading Women buscamos mujeres que estén en la cima de su área de trabajo” explicó la productora Misty Showalter. La cadena de noticias ya realizó una entrevista a Susana en su casa de Miami y tiene programado seguirla en las reuniones de producción de su programa en Buenos Aires y durante su estadía en Europa.

Por Yasmin Reddig

La revelación 2012

Después de años de liderazgo indiscutido, Showmatch comenzó a perder audiencia y fortalecimiento frente a un programa de la competencia sin demasiadas pretensiones: Graduados, la tira producida por Underground se convirtió en un éxito que fue creciendo a través de los meses. 


En esta televisión tan cíclica y volátil, resulta curioso que esta ficción casi no ve la luz. Cabe recordar que la última comedia producida por Underground fue Un año para recordar, emitida por Telefe en 2011, y no fue precisamente un éxito. De hecho, las autoridades de Telefe ordenaron “apagarla” antes de tiempo. Underground entonces se preparaba para hacer una segunda temporada de El tiempo no para, aquella tira para adultos que se emitió por la pantalla de Canal 9 en 2006. Sin embargo, sobre fines del año pasado, y gracias a la asociación con Endemol, la productora encabezada por Sebastián Ortega comenzó a preparar la producción de Graduados para Telefe. Un proyecto sin demasiadas pretenciones ni expectativas debido al mal año que la emisora tuvo. 

Se trataba además de una historia que tenía al frente a tres actores que significaban un riesgo: Nancy Dupláa, Luciano Cáceres y Daniel Hendler. Dupláa venía enfriada en la pantalla después de trabajar en Socias en el 2008, y además con ciertos prejuicios que se tenían sobre ella debido a sus convicciones políticas. Sin embargo, cabe destacar que su elección no es hecha al azar: Dupláa es una ex ídolo juvenil debido a su protagónico en Montaña Rusa en 1994. Cáceres había tenido un año importante gracias a su personaje en El elegido, pero sin ser protagonista. Y Hendler es un actor de cine, querido por muchos productores del medio pero que en televisión nunca había hecho un éxito. Su currículum en la pantalla chica incluía participaciones especiales en ficciones y un semi protagónico en Aquí no hay quien viva, la sitcom que Telefe emitió sin repercusión en 2009. Lo cierto es que ya pasada la mitad de este 2012, todos concuerdan en que Graduados es el programa éxito de la televisión local. 

Hay un cóctel de elementos que hace que esta tira sea un éxito. Para empezar, se trata de la primera comedia no costumbrista en muchos años. Y el público hace tiempo decidió que no quiere ver, al menos por el momento, costumbrismo en las comedias. Alguien que me quiera, la comedia producida por Pol-ka en 2010, fue la última. Y su resultado no fue bueno. Graduados es una comedia simple, que tiene personajes e historias para poder cautivar a todos los públicos. 

Los secretos son elementos claves que hacen a la fórmula de cualquier telenovela exitosa. Secretos que se tienen entre los personajes y que el público no conoce, pero sabe que están. Y luego están los más importantes para mantener a la audiencia expectante, y son aquellos de los cuales el público es cómplice y tiene conocimiento de ellos, pero los personajes no. Estos son los más relevantes porque mantienen al público con la expectativa de cuándo van a ser contados, y en los libretos continuamente se generan situaciones límites para que se descubran. Pero eso, por supuesto, lo dejan para momentos importantes. Graduados tiene esto y apuesta al más exitoso de ellos utilizados en un culebrón clásico: la paternidad confundida. 

Haciendo referencia a la realización y libreto, Graduados tiene un lenguaje muy atractivo que está cuidado hasta el detalle. Pasando por la iluminación, vestuario y hasta en los propios textos, hay un subcódigo para toda una generación; aquella que vivió su juventud a fines de los años 80 y comienzos de los 90. En los diálogos, la forma en que se comportan los personajes, los contínuos flashbacks al pasado, con los cuales el público se siente identificado y despierta cierta “nostalgia”. Pero lo interesante de éste último punto referente a las recurrencias al pasado, es que no se trata sólo de contextos que marcaron a una juventud se esa época, sino a público de todas las edades. Un ejemplo es cuando hicieron la recreación de Feliz Domingo, el programa conducido por Silvio Soldán. Es cierto que quienes participaban del programa eran adolescentes, pero el show era multitarget y visto por una audiencia mucho más amplia que la joven. 

La musicalización no es menor, y esto sí es un guiño más explícito que contribuye al aire que se respira cuando se ve la tira. Todos los temas para generar climas o transiciones hacen referencia a la época. Charly García, Los abuelos de la nada, Sumo y otros; son constantes. 

A diferencia de otras ficciones donde los protagonistas son la clave del éxito, aquí los personajes secundarios cumplen un rol fundamental. Como ya se mencionó antes, son los que amplían el target para que la ficción no sea vista sólo por personas entre 35 y 45 años. El personaje que interpreta Juan Leyrado está claramente puesto para simpatizar a los más adultos. Al igual que los interpretados por Mirtha Busnelli y Roberto Carnaghi, dos personajes muy bien caracterizados en sus costumbres y comportamientos. Gastón Soffritti, el ex galancito de Patito Feo tampoco es casualidad. Su personaje e historia está puesta al servicio de los más chicos y a la simpatía de los más adultos. Soffritti no hace un protagónico desde el éxito de la tira producida por Ideas del Sur en 2007 – 2008, pero su imagen aún está intacta para los más chicos, sobre todo por las repeticiones que Patito feo tuvo a través de las distintas señales de Disney Channel. 

Otro acierto del elenco fue la elección de Paola Barrientos como una psicóloga algo neurótica, y mejor amiga del personaje de Nancy Dupláa. Barrientos viene con una imagen de mucha repercusión debido a las campañas de Banco Galicia, y que tuviera un cuasi protagónico en una ficción era cuestión de tiempo. Su personaje trata una temática que no es menor en estos momentos: quiere tener un hijo a través de fecundación asistida con un personaje homosexual, interpretado por Juan Gil Navarro (de las únicas veces en que un personaje con esta condición es interpretado por un actor de tanto peso en televisión). Este tipo de temáticas que son usadas en momentos de polémica y debate a nivel social, terminan siendo un punto de atracción para la historia. 

La caricatura también está presente a través de temáticas y situaciones, pero su mayor exponente es el personaje de Mex Urtizberea, quien le aporta el mayor elemento de comedia a la historia. Urtizberea hace de un eterno hippie, que aparece disfrazado en la caracterización y que supuestamente vivió su adolescencia en los 80. A diferencia del resto de los actores que casi todos rondan los 40 años, Mex es algo contrario ya que nació en 1960. Esto también es parte de la mentira de su personaje. 

Graduados claramente marca una vuelta atrás en las ficciones en tira, donde se vuelve a la comedia clásica pero en tiempos modernos, y recurre a las fórmulas del culebrón puro. Y es el éxito de la televisión en este 2012. 

Por Juan Pablo Martínez Kolodziej

"Todo es posible", y una TV con valores también

Como en los buenos viejos tiempos, con un mensaje positivo y una fusión de emoción y entretenimiento, Julián Weich retoma la apuesta de conducción los domingos por la noche.

Mientras Tomás Yankelevich define su grilla de programación tras haber vencido a Canal Trece en la carrera por el rating el primer semestre del año, Telefé estrenó el 6 de mayo a las 21 hs, con picos de casi 17 puntos de rating, “Todo es Posible”.


Con Julián Weich en la conducción y Nathalie Pérez como co-conductora, este mix de géneros nos recuerda el éxito de cinco temporadas consecutivas de “Sorpresa y media”, por su conductor, su día y horario de emisión y su afán por cumplir sueños y sorprender a la gente. Asimismo, a “Justo a Tiempo” o a “Trato Hecho”, dos programas de entretenimiento y juegos que también condujo el conductor argentino en los últimos años.

Desde 1991 Julián Weich está latente en la pantalla. Sin importar en qué canal trabaje, mantiene un coherente perfil con la clase de programas en los cuales participa. Aquel conductor que se comprometía allá por el año 1993 con “Un sol para los chicos” de Unicef, casi veinte años después flamea la bandera de los sueños, las sorpresas, y el entretenimiento, combinados en un programa de emisión semanal destinado a toda la familia argentina.

El programa cuenta con cuatro secciones, las dos primeras se asocian al entretenimiento, las dos restantes a la emoción:
  • “3 x 3”. Dos o tres participantes, elegidos al azar, deberán repartir 3000 pesos a su gusto en menos de 3 horas. El dinero se divide equitativamente entre gente de la calle, un vecino y un amigo del participante. Por teléfono, la gente votará al participante que haga un uso más “creativo” del dinero. El elegido gana una cifra de ronda los 10.000 pesos.
  • “Verdad o verdura”. El juego incluye a los 50 participantes presentes en el piso. Las respuestas correctas sumarán dinero en el pozo. Tras una primera ronda, quedarán elegidos los 8 participantes que más respuestas correctas hayan tenido. De allí eligen a 2, que competirán por conquistar el pozo final.
  • “El mejor día” consiste en homenajear a un “ciudadano ilustre” o a un vecino reconocido por sus pares, su familia/amigos, sus vecinos, y hacerle pasar “el mejor día de su vida”. Normalmente el programa finaliza con la culminación de ese día y el encuentro del homenajeado con sus afectos.
  • “Cadena de favores”. Una persona que en algún momento de su vida fue receptora de algún favor, por ej. la donación de órgano, contacta a aquella persona que le hizo el favor para agradecerle. De algún modo, para “devolver el favor recibido”, realiza una buena acción para otro y/o la sociedad.
Detrás de este programa semanal existe un fuerte trabajo de pre producción: viajes, variedad de locaciones, exteriores, scouting de participantes, tiempo y dinero invertido.

No obstante, en la televisión, los tiempos del aire no son los mismos del cable. Si bien la edición de los clips y las notas es impecable, las cuatro secciones no están bien definidas en la práctica y la estructura del programa es desordenada y poco clara para el televidente.

De hecho, el programa no tiene una línea limitada. En las primeras ediciones, las secciones emotivas ocupaban la mayor parte del programa, mientras que en la actualidad prevalecen las de entretenimiento.

De todos modos, al margen de las críticas al programa y del manifiesto desinterés que tiene Weich por las mediciones y la popularidad, “Todo es Posible” entretiene y refleja historias de vida positivas. Y, aunque el formato sea reiterativo y por momentos confuso, la televisión necesita más de esto: solidaridad y diversión. Sólo resta un pequeño ajuste de tuercas.

Por Gabriela  Fabbro

Dallas: la vuelta del ícono


La serie Dallas no fue un programa televisivo más. Fue una ficción que marcó un antes y un después dentro de su género, e incluso en la propia historia de la televisión. Fue el punto de partida para que guionistas y productores probaran nuevas formas de mostrar a los personajes en las series, de exhibir a los conflictos en los lazos familiares como los verdaderos obstáculos que muchas veces tienen las personas. Y por sobre todo, el hecho de que los personajes malos pueden ser más populares que los buenos.

Dallas fue producto y contexto también de su época. Su creador David Jacobs tomó la idea de producir una serie dramática donde los conflictos de los personajes sean dentro de una familia de millonarios. Por aquellos años Estados Unidos atravesaba una situación económica y social complicada. La consecuencias de la guerra de Vietnam, el desempleo y una recesión económica que se profundizaba, fueron el escenario perfecto para que se planteara una serie sobre los ricos y poderosos “matándose” entre ellos. En un principio la historia iba a tener como escenario a la ciudad de Nueva York y el universo financiero de Wall Street, pero posteriormente sus productores decidieron que esta ciudad ya estaba muy usada en ficción y decidieron trasladar la historia a la ciudad de Dallas, en Texas, teniendo como contexto el negocio del petróleo.

El personaje de J.R. Ewing fue “el malo” por excelencia de la televisión. Es sabido que los malos son los que generan los conflictos y obstáculos para que los protagonistas no puedan alcanzar lo que desean. Y aquí, el personaje interpretado por Larry Hagman, encerraba los anti valores más resaltantes que pueden existir en la sociedad: La ambición sin límites, la envidia, el egoísmo y la soberbia. Un “malo” así es la “manzana podrida” en el cajón. Y mientras exista, los conflictos van a ser moneda cotidiana. Es por ello que los productores y guionistas se fijaron un objetivo durante los trece años que duró la serie: se pueden cambiar los elencos, personajes, libretos… Pero el personaje de J.R. Ewing, y su actor Larry Hagman, tienen que estar siempre. Es el eje de todos los conflictos, y por ende de la atracción e interés de la audiencia.

A mitad de los años 80 algunos críticos se pusieron a analizar el éxito rotundo de Dallas, y sobretodo de la popularidad de J.R Ewing. En las encuestas siempre salía como el personaje más odiado, pero a la vez más querido de la historia. Y un dato interesante era que la sociedad veía al personaje como una metáfora de los problemas sociales del momento, que habían llevado al país a la crisis financiera y social en la que se encontraba. Con este dato, quizás no es casualidad más alla de muchos otros factores, que el rating de la serie haya comenzado a bajar a medida que el país fue recuperándose bajo las políticas del entonces presidente Ronald Reagan.

La serie duró 356 episodios a lo largo desde 1978 hasta 1991, y su caso es tomado como ejemplo y estudiado en escuelas y universidades donde se dictan clases de guión televisivo. Su influencia marcó un punto de partida no sólo para las series, sino para el género melodramático de la telenovela.

Si bien hace muchos años se maneja la posibilidad de una nueva temporada de la serie, nunca se dieron las condiciones para que eso suceda… hasta ahora. El canal TNT acaba de producir una nueva versión que no se trata de una remake, sino de una continuación. Para ello tuvieron que convencer a algunos de los veteranos actores de la serie original para que participaran, entre ellos a Larry Hagman, que hoy ya cuenta con 81 años. Sin embargo aceptaron la propuesta y se embarcaron en esta continuación de la historia, en la cual persisten los conflictos entre los viejos, y aparecen nuevos problemas entre los hijos de aquellos. Y sin dudas es un acierto la elección del mismo elenco para interpretar los personajes clásicos. La memoria del público asocia una cara a un actor, y era imposible ver a J.R. Ewing en otro actor que no fuese Larry Hagman. La estrategia es cautivar al público que la vio, y conquistar una audiencia nueva con los personajes jóvenes-

El primer episodio, que es parte de un total de diez en esta primera etapa, conservó la esencia de la serie pero, por supuesto, adaptada al lenguaje televisivo actual. Frente a remakes fallidas como Los Ángeles de Charlie o 90210, Dallas es una continuación que mantiene lo mejor de lo viejo, y plantea un buen futuro con lo nuevo. Y para la sociedad norteamericana surge en un contexto similar a la original en 1978: posguerra, crisis económica y alto desempleo. Quizás esto tampoco es casualidad.

Por Juan Pablo Martínez Kolodziej

Weeds y Breaking Bad: ¿el medio justifica el fin?


Familia de clase media, drogas, muerte, crimen, huida…. Todas estas son palabras que podrían pertenecer tanto a una descripción de Weeds como de Breaking Bad. En ambos casos se trata de series norteamericanas que este año llegan a su fin luego de varios años de éxito.

¿Qué es lo que realmente une a estas producciones? En palabras simples, la lucha desesperada de una persona por sacar adelante a una familia, sin importarle la violación de los códigos morales de la sociedad en la que vive. Los protagonistas de ambas series provocan una relación de simpatía por parte del público que luego parece cada vez menos justificada, ¿pero es necesario que siempre estemos del lado de los buenos? ¿Qué tal si, en contra de lo común, esta vez estamos del lado del antihéroe? Por este camino nos han llevado ya varias producciones de los últimos años como Dr. House o The Sopranos, por citar sólo dos de los ejemplo más paradigmáticos.

Weeds, creada por Jenji Kohan, debutó en los EE.UU en agosto de 2005. El género que mejor describe a esta serie es el de la comedia dramática, y es que las situaciones en las que ve involucrada una madre de familia de la alta clase media para mantener las apariencias rayan en lo absurdo.  Nancy Botwin debe velar por sus hijos – de 10 y 15 años – en la situación de quiebra en que queda luego de la muerte de su esposo. Nancy ve la salida a sus problemas en la venta de marihuana.

Walter White, personaje principal de Breaking Bad, es profesor de química en una secundaria a pesar de estar sobre calificado para el puesto. Esta serie, creada y producida por Vince Gilligan, tiene un tono más dramático, aunque muchas veces lo tragicómico de las escenas nos hagan reír al igual que en Weeds.

Diagnosticado con cáncer terminal, Walter se ve obligado a encontrar una forma de dejarle el dinero necesario a su esposa – embarazada de 6 meses – para que a ella y su hijo discapacitado de 17 no les falte nada. Walter encuentra la solución en la venta de metanfetamina.

Aquí es donde nos encontramos con un conflicto moral, porque vivimos en una sociedad en la que tanto la venta de marihuana como la de metanfetamina son estrictamente ilegales y más que eso, están relacionadas con redes de altísimos índices de criminalidad. ¿Hasta dónde puede llegar nuestra simpatía por los personajes de Nancy y Walter que ven en estos negocios la única forma de salvar a sus familias?

A medida que se suceden los capítulos, en ambas series se vuelve cada vez más difícil la justificación de los actos de los protagonistas que ya muchas veces no persiguen únicamente la supervivencia sino que son teñidos de ambiciones que los hacen cada vez más inescrupulosos. Sin embargo, y esto es lo que lleva al televidente a seguir cada capítulo, las acciones de Nancy y Walter tienen su consecuencias y la superación de cada obstáculo es lo que hace de estas series productos que no pierden el hilo del suspenso.

Gilligan ha hablado de las dificultades que presenta el personaje de Walter White para él a la hora de escribir por su carácter tan oscuro y moralmente cuestionable: “extrañaré el programa cuando termine, pero de algún modo también será un alivio no tener más a Walt en mi cabeza”.

Tanto Weeds como Breaking Bad son ejemplos de un producto televisivo que además de entretenernos nos lleva a una reflexión profunda. En una entrevista realizada por la revista Newsweek, Vince Gilligan expresó la que según él es la diferencia primordial entre ambos programas: “Weeds es un programa más jocoso acerca de las trampas de los suburbios, a diferencia de nuestra serie que es más un estudio de personaje acerca de este hombre que va dejando de lado su propia alma”.

Ambas series presentan, aunque de formas muy distintas, un mismo conflicto: el protagonismo del antihéroe que con una moral propia, distinta a la de la mayoría de la sociedad, persigue un fin bondadoso… Y aquí la pregunta que surge inevitablemente es ¿hasta qué punto el fin justifica al medio?

Por Yasmin Reddig

La Dueña: un dilema entre dos personajes


Mirtha Legrand es la dueña de muchas cosas: de un lugar de privilegio en el mundo de los medios de comunicación de Argentina, de muchas películas memorables de nuestro cine nacional, de un espacio único de vigencia en la televisión abierta argentina y dueña de sus propios deseos, donde elije qué hace y qué deja de hacer.

Una trayectoria de más de casi 70 años lleva a que su protagonista ejerza el derecho de mirarse a sí misma todo el tiempo. Es el proceso lógico que vive todo artista, el de volver sobre su pasado y trayectoria y convertirse en autorreferencial. Y esto es en realidad La dueña: el lugar, desde la ficción, en donde ML puede volverse a presentar en escena, a mirarse en cámara y a ponerse en contacto con su público. Casi nos animamos a decir, que la ficción elegida es un pretexto para que este proceso se ponga en marcha. Es más, cualquier ficción hubiera sido el terreno propicio para que esto sucediera. ¿La dueña es entonces una excusa? Sí, para que ML siga siendo y haciendo de ML. Esta libertad se la dio la historia que construyó y de la que no puede disociarse; porque ella ya es su personaje y lo representa en cada acción que realiza, tanto en su vida privada como profesional. ML es ELLA en un noticiero, a la salida de un teatro, en un almuerzo o en una ficción. Es decir, el nuevo programa está subordinado a ML y esto hace que algunas características propias del género elegido, se desvanezcan o no tengan el peso que una ficción, en el canal que se emite, requiere.

Es el gran desafío de los productores: ¿Se va a dar a conocer el personaje de Sofía Ponte o a Mirtha Legrand como Sofía Ponte? Y la respuesta es sólo una: ella es las dos en una. Y por momentos, según cada toma o cada escena, una gana a la otra, aunque por lo general, debemos reconocerlo, ML gana a Sofía Ponte.

¿Y cómo se acerca el público al programa? Sin dudas, a ver a la segunda, a ML, a la que conoce, con la que se identifica, de la que sabe cómo va a reaccionar a cada instante. Por ello, la ficción no emociona ni logra empatía, lo que queremos es que ML sea ella, sea ML, y no Sofía Ponte y desde este dilema, la audiencia debe realizar un esfuerzo enorme por sostener su fidelidad al programa. A ML se le cree por ser ella misma, no por ser ML interpretando a otra persona. Ella no puede desligarse de su personaje y construir uno autónomo. ¿Se podrá? ¿Un productor lograría esto? ¿O el peso del personaje principal ya conocido es tal que opaca cualquier intento de originalidad?

La propia actriz ha dicho:

"Resulta muy difícil alejarse de lo que uno fue durante tanto tiempo. Desprenderse de los gestos, de las expresiones, de las actitudes y hasta de las manías que uno tiene no es fácil. Por eso, a veces dejo que se cuelen algunas cosas que son de mi cosecha. Eso sí, con la anuencia del autor y del director". (En: http://www.lanacion.com.ar/1465015-mirtha-legrand-duena-senora-y-diva, consulta 22 de junio de 2012).

Frase tan cierta e irrefutable a la vez: no se puede dejar de ser Mirtha Legrand, ni en la vida real ni en una ficción. 

Por Gabriela Fabbro